Mantener una fachada de ladrillo en buen estado
La rehabilitación de fachadas en un edificio o vivienda siempre será necesaria con el paso de los años debido al desgaste que provocan sobre los elementos de construcción las condiciones atmosféricas y la contaminación. Sin embargo, si sometemos la fachada a un protocolo de mantenimiento periódico lograremos que la necesidad de rehabilitación se posponga.
Hoy vamos a centrarnos en las fachadas de ladrillo y los cuidados que estas requieren. Es conveniente que anualmente se realice una inspección de la argamasa que mantiene juntos los ladrillos para verificar que se encuentra en buen estado. Para ello regaremos con una manguera los ladrillos comprobando así el desmoronamiento de mortero y eliminando el musgo y el moho que se haya podido generar. Para eliminarlos por completo podemos utilizar lejía aplicándola sobre ellos con un cepillo sintético.
En el caso que la fachada esté cubierta por hiedra deberemos tener cuidado. A pesar de que esta planta aporta un aspecto muy bonito a la fachada hemos de tener en cuenta que se adhiere a la cara del ladrillo y con el tiempo lo erosiona. Lo más recomendable es cortar las cepas cerca del suelo porque si las arrancamos correríamos el riesgo de romper los ladrillos de alrededor.
Otro factor importante para alargar la necesidad de la rehabilitación de fachadas en un edificio de ladrillo es mantener siempre limpios los agujeros de drenaje en la base de una superficie construida con este material. Estos agujeros actúan como dispositivo para hacer que la humedad de la pared drene hacia el exterior, por lo que si están tapados causarían problemas de humedad.
Por último, tengamos en cuenta dos aspectos también importantes para la buena conservación de la fachada de ladrillo. Es fundamental que se repare cualquier mortero que se desmorona así como reemplazar aquellos ladrillos que estén dañados.
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