Si mejoramos la accesibilidad de un edificio logramos que todo tipo de personas puedan habitarlo y disfrutarlo en todas las actividades de su vida diaria. Por el contrario, una vivienda también puede transformarse en una barrera de aislamiento, inseguridad o malestar si no contamos con elementos de accesibilidad como un ascensor o una rampa.

Una mamá con carrito, un anciano, personas con minusvalía física o cualquiera de nosotros cuando queremos subir una gran compra, hacer una mudanza o invitar a nuestros abuelos a visitar nuestro piso… Hay que entender la accesibilidad como un bien para toda la comunidad que aumenta el valor de la vivienda. Tiene un coste pero ofrece beneficios a todos los residentes.

Si deseáis haceros una idea de cuánto costaría colocar una rampa o instalar un ascensor en vuestra comunidad podéis pedir presupuesto gratuito aquí. Un técnico visitará el inmueble y hará una estimación del proyecto sin coste alguno para la comunidad.